POESÍA.

Rueda, rueda por el mundo,

muñeca de rosa y nieve;

hermosa estatua de carne,

hecha para los placeres.

 Rueda de orgía en orgía

y de deleite en deleite;

de todo el mal que me has hecho,

no te acuerdes… no te acuerdes…

Deja marchitar tu boca

por tantos besos ardientes;

permite que los abrazos

tu lindo cuerpo maceren.

Y goza, hasta que el hastío las fuente del placer seque;

de tu  infamia y de mi duelo,

no te acuerdes…no te acuerdes…

ERNESTO

POESÍAS.

¿Quién sabe de otras vidas y otros mundos

el prrofundo secreto?

¿Quién no sintió, de una existencia ignota,

nostálgico recuerdo?

Yo de mí sé decir que algunas veces

llegué a soñar despierto,

y sentí que era esencia de otra vida.

El mundo de mis sueños.

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¡Cómo pasan los años! ¡Cómo corre

la vida hacia la muerte!

Qué cerca está la cuna del sepulcro!

¡Qué distancia tan breve!

De escarmentar no hay tiempo, en daño propio,

y es tarde, si se aprende.

¡Oh, si esta carrera dolorosa

se emprendiera dos veces!

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Vibrante de pasión, junto a tu lecho,

una noche de fiebre, vine a dar;

como el ladrón que en busca de un tesoro,

en ajena mansión penetra audaz.

Y al contemplar tu desnudez divina,

cobarde me sentí para avanzar;

que hay tesoros de tal magnificencias

que infunden miedo al mismo criminal.

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Quisiera, junto a tus labios,

ser de amores prodiosero;

y recibir en los míos

la limosna de tus besos.

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ERNESTO

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